Editorial publicado en Entêtement «La sensibilité en mouvement» el 10 de abril de 2023.
El gobierno continúa, a toda costa, con su horripilante plan neoliberal: reduciendo la existencia aún mucho más a la economía, volviendo inoperativa cualquier posibilidad de sustraerse a esta lógica, ampliando de nuevo mucho más la «estrategia del shock». Nada ni nadie escapa ya a esta situación. Y materialmente extirpa con ello cualquier atisbo de resistencia. Fue precisa la aplicación del enésimo decretazo del art.49.3, para vislumbrar un claro en el cielo, y aunque breve, no obstante, maravilloso. Como surgida del dispositivo «manifestación», una forma efímera ha ido tomando cuerpo: la de las deambulaciones nocturnas a golpe de contenedores incendiados aprovechando la huelga de las basuras. Sorprendentemente, esta forma ha ido adoptando el aspecto caricaturesco de unos dibujos animados, al poner en práctica el juego del gato y el ratón. Los jóvenes flâneurs, inspirados en gran parte por el be water de Hong Kong, han sabido establecer el flujo continuo de descomposición/recomposición con el que desestabilizar el dispositivo policial. Sin limitarse tampoco por ello a una localidad. A la vista de la última insurrección francesa, parece que la potencia de un movimiento insurreccional reside en su capacidad multiplicadora de diferentes formas fijas o situadas, ya sea por medio de ocupaciones, cortes o bloqueos, formas de sabotaje o de revuelta.